A las seis y cuarto suena el despertador. Todavía dormido, le digo a Alexa[1] que prenda el aire acondicionado en treinta y seis grados porque durante la noche tuve frío y, al salir de la ducha, quiero estar calentito.
Me quedo unos minutos más en la cama, me levanto a bañarme y después a preparar el desayuno. Alexa prende la TV y veo el noticiero antes de salir de casa para saber el clima. Tengo configurado en el celular un resumen de las noticias del día para arrancar con información.
Salgo a la calle y en el ascensor vuelvo a chequear que no vaya a llover. Mi smartphone indica que en San Fernando hacen tres grados y que se espera un día nublado, pero no agua, por suerte.
Camino al tren y me fijo en la aplicación cuánto tardará en llegar. Trece minutos. Para matar el tiempo, abro Spotify; ayer había escuchado Garbage y como me copé con los noventas, puse que el algoritmo[2] me recomendara música similar. Aprovecho para sacarme una selfie y mandársela a mi mamá que está preocupada porque anduve con gripe. Saco una foto, le pongo un filtro[3] y se la mando. De paso, la subo a Instagram[4].
Viene el tren y en el trayecto al trabajo aprovecho para buscar info pensando en mis próximas vacaciones. Estoy escribiendo “Rio de J…” cuando el predictivo[5] me trae la frase completa y Google me muestra opciones de paquetes de viaje. Como WhatsApp nos escucha, y lo sabemos todos, me llegan por mail y por Instagram publicidades acerca del lugar a donde quiero ir.
Toco con el dedo la pantalla para ir al link de una agencia de viaje donde un bot[6] me pregunta a dónde quiero viajar, desde dónde salgo, fechas, cantidad de pasajeros, etcétera. Guardo la búsqueda para seguirla a la noche en casa porque ya estoy llegando a la estación en la que bajo.
Como hay paro de colectivos, tengo que averiguar otra línea que me pueda acercar al trabajo. Por eso abro Maps[7] para tener información de mi trayecto, opciones, estado del tránsito, etcétera. Decido llamar un Uber desde donde estoy y por eso llego al trabajo mucho antes de lo normal. Aprovechando que todavía no hay nadie, me sirvo un café y me pongo a escuchar
una canción en Youtube. De la misma manera que Spotify, me sugiere contenidos en base a mis comportamientos de consumo anteriores. Pongo Queens of the Stone Age y me relajo un rato, al rato empiezan a llegar mis compañeros de trabajo por lo que que bajo la música y abro los mails.
Una considerable cantidad son spam[8], así que me ahorro perder tiempo leyéndolos y me concentro en los que realmente son importantes para mi trabajo.
El día pasa sin demasiado sobresalto por eso en el horario del almuerzo aprovecho para chequear un poco más las opciones hoteleras para mi licencia de vacaciones. El celular me indica que cumplí con éxito la cantidad de pasos que configuré como el objetivo del día de hoy[9] mientras camino al bar de la esquina.
Pido un tostado y una coca al mozo y veo que en la tele están debatiendo sobre ChatGPT. No le presto mucha atención porque tengo que buscar los vuelos a Brasil en la página de la aerolínea. Cuando termino de comer, vuelvo al trabajo y el tiempo se me pasa volando, de golpe miro el celular y ya son las seis de la tarde. Momento de volver a casa donde, por suerte, dejé programado un escenario para mi regreso[10].
Alrededor de las siete y media de la tarde entro a mi departamento donde las luces, la temperatura, la música, el café y el lavado de la ropa, están programados. Pienso que no podría haber vivido en una época donde al llegar tenga que ponerme a hacer todo yo.
Como no tengo mucho para hacer porque a la noche vamos a pedir comida por PedidosYa, me siento a mirar historias en Instagram. Un rato después llega mi mujer, nos damos un beso, charlamos un ratito sobre cómo fueron nuestros días y se sienta al lado mío a pasar el tiempo en Twitter.
Después de comer, vemos una serie en Netflix que me recomendó la aplicación (95% de coincidencia), vamos a la cama, chequeamos que nuestras alarmas estén puestas para despertarnos y a eso de las once y media de la noche Spotify empieza a reproducir sonidos de lluvia que uso para dormir mejor.
Me duermo.